lunes, 22 de octubre de 2012

Paz-ciencia (Ciencia de la paz)

Unas de las virtudes de un gran compositor poeta es, ser conciente de que la música tiene una parte de ciencia y una de esencia.
Inevitablemente para que las dos lleguen al punto medio de encontrarse y estallar en una gran obra, es necesario ser paciente y no forzar a la inspiración, sin que ella suceda espontaneamente.
Ciertos días en los que uno necesita plasmar y siente que va a explotar de sensaciones, días intensos, experiencias,  miedos, alegrías, a veces no son el día más especial para hacerlo, no son esos días en los que los sentimientos y los pensamientos fluyen como cataratas bajando desde la cima de la mente, para ser filtrados por el corazón bajando hacia la quietud oscura y profunda del lago formando sincronizadas ondas que se dispersan toroidalmente por el espacio, ya que están atravesándonos tan vivamente la caída, están a punto de madurar para luego correr río abajo hacia la inmensa paz de lo entero que los espera con nuevas aventuras.
Encuéntrese con el momento y con la sorpresa al misterio de la espontaneidad única y propia que puede hacer aparecer un instante mucho más valioso e inolvidable de una obra de arte pura y renovadora.





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